viernes, 24 de enero de 2025

Vibración


 

"Espero volver a encontrarme con la niña una noche de estas. Pero debería evitarlo. También me gustaría, en una de mis visitas al cementerio, descubrir que, sobre la lápida de siempre, está la chica que me gusta tanto, ella sola, sin sus dos amigos. Entonces saltaría la valla, me dirigiría hacia la muchacha. No te asustes, le diría, de verdad, no tienes por qué asustarte. Me sentaría a su lado. Le sonreiría y ella replicaría mi sonrisa. Nos tumbaríamos boca arriba, mirando las estrellas. Sin tocarnos; no haría falta tocarnos. Y nos quedaríamos así mucho rato. Despiertos. Los dos ya parte de la noche. Como las sombras de los eucaliptos. Sí, seríamos sombras cálidas. Y la suya y la mía se rozarían, se fundirían en una. Horas enteras así. Tumbados. Con los ojos abiertos. En silencio, para no entablar una relación que solo podría acabar mal"

Vibración, José Ovejero.


Cuando lees Vibración, no es que entres en otro mundo. Va más allá. Es una experiencia casi física. Como cuando buceas y todo se vuelve lento, borroso, silencioso, y crees que estás solo en el universo. Avanzas despacio y te dejas bañar por un sol que está muy lejos, y los rayos que se filtran tienen una calidad diferente; la vida del otro lado te llega como eso, como una vibración

De capítulos aparentemente inconexos, pero que pronto se ligan, la novela tiene un denominador común: el pantano que oculta y que muestra. El punto de partida es la historia de una joven pareja y su pequeña que comienzan una nueva vida en un pueblo del interior de España, con la decadencia, la languidez, y el ritmo particular de la España vaciada. Un lugar donde hay vidas que sueñan con un futuro lejos de allí, donde los fantasmas del pasado reclaman su sitio desde la necrópolis que sumergió el pantano en el pasado, y que saca a flote la violencia, las rencillas, los odios asentados que se van transmitiendo de generación en generación. Y los restos de todas las cosas que no llegaron a ser: de una central nuclear, de urbanizaciones fantasma, de calles desiertas. Y la niña que siente los misterios del pantano; el padre, que no comprende esa vibración que existe y que conecta tiempos pasados y presentes; y la madre, que se da cuenta de que por más que luche por sacar adelante la vida de los tres, hay algo que se escapa a su control. 

Es una novela que ama a los personajes, los define y los arraiga en la mente del lector, pero que no solo habla de historias particulares, sino de una España pasada y presente, y de su interminable y, muchas veces, agotadora relación. Y es también una novela de misterio, con todo lo que eso significa. 

Es mi primera lectura de José Ovejero, pero ahora hay más en mi lista de pendientes. A veces, voy llegando a los autores mucho después de que todo el mundo los conozca y hayan recibido premios importantes, como es el caso. Soy caótica en mis elecciones literarias y, a estas alturas del cuento, no voy a cambiar. Con esto quiero decir que puede que conozcáis muchos de los libros que reseño, pero este blog es así. La pasión no sabe de novedades y, para mí, esta novela ha sido pura pasión.


JOSÉ OVEJERO (1958) 

Editado por GALAXIA GUTENBERG

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario